Aprender inglés, ese objetivo que se presenta ante nosotros y que no siempre nos vemos con fuerzas para alcanzarlo. Los motivos para no lograrlo pueden ser muchos y variados: falta de tiempo, pereza, comodidad, porque en muchos casos el solo hecho de volver a un aula años después de haber dejado el colegio, el instituto o la universidad se nos hace cuesta arriba. Y quizá, la responsabilidad de que nos cueste hacer un curso de inglés la tiene, en buena parte, la gramática, ese conjunto de normas que describen la estructura de un idioma y que muy a menudo nos resulta bastante confusa y puede llegar a bloquearnos.

Pero, ¿es posible aprender inglés sin gramática? Si entendemos la gramática a la vieja usanza, es decir, como un conjunto de normas que debemos memorizar para verterlas en un examen y luego olvidarlas completamente, sí, es posible. Sin embargo, esto no significa que sea factible aprenderlo sin saber sus reglas y estructuras. La buena noticia es que ambas son compatibles: así que podemos aprender las estructuras gramaticales de un idioma casi sin darnos cuenta y de una manera mucho más amena y llevadera. De hecho, desde hace muchos años que existen dos corrientes metodológicas en la enseñanza de un idioma: la gramatical basada en la escritura y memorización del las reglas gramaticales y la conversacional asentada en el uso del lenguaje oral1. Y no hay mejor manera de aprender una lengua extrajera que dominando el lenguaje oral. Ya lo dijo John Locke a finales del S XVII “… el método de aprender una lengua a través de la conversación no solamente es suficiente, sino que debe ser preferido como el más eficaz… la gramática no es necesaria… y si la gramática debe ser enseñada, debería serlo a quien ya habla la lengua”.

¿Y cómo podemos conseguir aprender a hablar un idioma sin estudiar gramática?, Principalmente, escogiendo un método de aprendizaje que sea efectivo y adecuado, que parta de un aprendizaje en espiral, es decir significativo, que transmita unos conocimientos sencillos que se repasen periódicamente y se amplíen paulatinamente. En esta onda se sitúa el Método Callan, un método directo basado en la conversación, que nos guía en el desarrollo de nuestra competencia comunicativa y nos encamina al aprendizaje del inglés de una forma efectiva y eficaz. Se comienza aprendiendo contenidos que se escuchan y repiten, que se repiten y se escuchan hasta lograr que se interioricen correctamente.

En definitiva, el secreto de este método es que imita la manera en que aprendemos nuestro idioma materno: escuchando y repitiendo lo que oímos; sencillo, ¿no?. Aunque en un principio nos parezca complicado de entender, poco a poco aprenderemos las estructuras gramaticales del idioma sin darnos cuenta. Las clases se estructuran en torno a una conversación guiada, tal y como hemos comentado anteriormente, de preguntas y respuestas entre el profesor y el estudiante y que sólo se interrumpen para llevar a cabo una lectura y dictado, con los que también aprenderemos gramática sin percatarnos. Esto no quiere decir que el método Callan se olvide de la gramática, al contrario, está ahí pero la introduce de una forma natural y amena.
Este es un modo efectivo de aprender una lengua porque la mejor forma de aprenderla es cuando se tiene la necesidad de comunicarse. Ya lo dijo Ludwig Wittgenstein “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”.

En nuestra academia de inglés estamos convencidos que este es el mejor método para aprender inglés en general, la lengua oral en particular y por supuesto la gramática inglesa, gracias a que su sistema de enseñanza nos llevará a pensar y hablar en inglés interiorizándolo hasta en un 25% menos de tiempo que con otros modelos de enseñanza.

C.Rodríguez
Callan Team

1 Cortés Moreno, M. (2005). «¿Hay que enseñar gramática a los estudiantes de una lengua extranjera?» CAUCE (nº 28)
Pienemann, M. (1989). «Communicating about grammar: A task-based approach». TESOL Quarterly
Landero, L. (1999). «El gramático a palos» EL PAÍS
Bolitho, R (1998). «Language awareness in the English classroom».

Mamen