Los viejos estereotipos asociados a lo hispano parece que continúan impulsando a muchos a estudiar español como lengua extranjera: buen tiempo, excelente gastronomía, mucha marcha, y gente abierta. Sin embargo, cada vez son más los que se plantean seriamente el estudio del español por razones menos prosaicas.
 
Consideraremos aquí algunos de los factores más importantes para hacer del aprendizaje del español un asunto a tomar en consideración:

• Peso demográfico.
• Valor socio/económico./span>
• Presencia digital.
• Multiplicidad cultural./span>

 

1. EL ESPAÑOL, PESO DEMOGRÁFICO

Ya somos más de 572 millones de personas las que hablamos español, esto hace de nuestro idioma la segunda lengua materna más hablada del mundo, solo superada por el chino mandarín (950 millones).

Por ejemplo, si tenemos un vuelo que sale a las 19:00 h. y, efectivamente, sale a las 19:00 h. podremos decir que el vuelo salió ‘ON TIME’; es decir, puntualmente, en el momento que debía hacerlo.

Alrededor del planeta, más de 21 millones de alumnos estudian español como lengua extranjera, disputándose con el francés y el chino mandarín el segundo puesto en ese ranking. Baste decir que, por ejemplo, en Estados Unidos el español es el idioma más estudiado a todos los niveles de enseñanza; de hecho, se prevé que para 2050 sea el primer país hispanoparlante del mundo. A la luz de estos datos, no es de extrañar que Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes hasta el 18 de julio de 2018, afirme que «en España somos una pequeña parte de esa gran realidad que es el español».
 

2. EL ESPAÑOL, VALOR SOCIO/ECONÓMICO

Si las circunstancias históricas quisieron que el continente americano hablase español, es precisamente allí donde hoy experimenta su mayor impulso. La realidad es esta: el 90% de los hispanoparlantes no es español. Dentro de este desarrollo, Estados Unidos cobra conciencia de que el progreso pasa por el uso del español, un convencimiento que la imparable expansión de su realidad social y económica no hace sino reafirmar.

Y es que el prestigio de una lengua no se mide solo en base al número de personas que la comparten, sino al valor asociado de su activo económico y comercial, así como político y cultural. En este sentido, las comunidades latinoamericanas están ejerciendo una poderosa influencia. Esto vendría a explicar porqué en el Reino Unido se tiene al español como la lengua extranjera con mayor proyección de futuro y que el gigante asiático, descubriendo este potencial, esté focalizando gran parte de sus estrategias de inversión en América Latina. Dicho plan pasa por hacer obligatorio el español como segunda lengua en los colegios de China.

En resumen, en el ámbito internacional saber español, junto con el inglés, aumenta la capacidad de comunicación, lo que se traduce en un activo económico considerable.
 

3. EL ESPAÑOL, PRESENCIA DIGITAL

El español ya es la segunda lengua más importante tanto en Wikipedia por número de visitas, como por su uso en redes sociales como Facebook y Twiter. Según los datos del CIDIC (Centro de Investigación y Documentación del Instituto Cervantes) los españoles somos los mayores productores de blogs de Europa. En esa línea, y siguiendo con este informe, el español es segunda lengua de comunicación digital en la mayoría de organismos internacionales, lo que supone el 12,03% del total de contenidos de portales como los de la Unesco, la ONU, la FAO o la FIFA, por mencionar sólo unos cuantos. La comunicación digital del FMI es, a día de hoy, multilingüe, teniendo al español como segunda lengua por encima del francés.
 

4. EL ESPAÑOL, MULTIPLICIDAD CULTURAL

Este lugar de privilegio del español como lengua preponderante de la aldea global, cuenta con el atractivo añadido de su gran vitalidad y multiplicidad cultural. Al margen de la complejidad que supone contar con 21 países compartiendo lengua (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y Guinea Ecuatorial) y hablantes en los cinco continentes, el español es sinónimo incuestionable de diversidad lingüística.

El hecho de que cientos de millones de hispanohablantes puedan comunicarse con un asombroso nivel de comprensión no deja de maravillar, realidad que alcanza cotas altísimas en el lenguaje escrito. Hablar de futuro es conjeturar, pero la realidad innegable es que en el presente el español es una lengua de envidiable homogeneidad. Se puede afirmar, de hecho, que con independencia del punto geográfico en el que se sitúe todo hispanohablante, la sensación compartida es la de pertenencia a una comunidad lingüística en la que no parece manifestarse antagonismos.
 

ESTUDIAR ESPAÑOL COMO LENGUA EXTRANJERA

El número de estudiantes de español como lengua extranjera no para de crecer. Sin duda, los factores arriba mencionados están sirviendo de impulso a este auge. Como decíamos, el despegue de la economía de muchos de los países hispanoamericanos, aunado al incremento en las relaciones comerciales bilaterales tanto dentro como fuera del ámbito hispanohablante, está propiciando el empuje in crescendo del español como lengua internacional.

ENo se puede negar: aprender español en esta sociedad globalizada es ya inversión segura de futuro a nivel personal y profesional.
 
Fuentes: Instituto Cervantes; Diario Sur Digital; Fundéu BBVA; BBC.com; El País.com; “La diversidad lingüística del español: la compleja relación entre estándar, norma y variedad” (Mª Antonieta Andión)
C. Fernández

Mamen