Lo primero que se percibe cuando se comienza a estudiar inglés con el método Callan, es que el ritmo y agilidad de las clases es muy alto. Esto puede llevarte como estudiante a pensar que esta metodología escapa a tu alcance y que nunca lograrás entrar en el “juego”. No obstante, la percepción de desbordamiento inicial es totalmente normal, la rapidez con la que los profesores te hablamos no debería servir de obstáculo, muy al contrario, ¡utilizar este método tan rápido y dinámico tiene su razón de ser!

 

Los idiomas no están formulados para hablarse lenta y parsimoniosamente de modo que cada palabra, premeditadamente, sea claramente inteligible. Si aprendes de esta forma, ni estás aprendiendo a hablar el idioma de manera natural, ni estás habituándote a la velocidad propia de la lengua. Aunque, en principio y aparentemente pueda ser más fácil aprender a ritmo calmado, el resultado no deja de ser forzado y poco realista.
Los profesores de Callan hablamos más rápido de lo normal deliberadamente; ¿por qué? Con la intención de que el alumno se habitúe. Una vez que el alumno consigue entender, entonces, será capaz de comprender a las personas de a pie, quienes no siempre están dispuestas a bajar el ritmo con el que hablan en beneficio del interlocutor.

Los profesores del método Callan hablamos a un mínimo de doscientas palabras por minuto, el promedio es de doscientos cuarenta, velocidad superior a la que generalmente hablará un angloparlante. Con esto conseguimos que tu oído se vaya adaptando paulatinamente al inglés hablado a buen ritmo: si nos entiendes a nosotros y nosotras, ¡estarás en posición de entender a cualquiera!

Evitar que como alumno tengas tiempo de traducir mentalmente es otra razón adicional por la que, como profesores del método Callan, hablamos con rapidez. Cuando se aprende un nuevo idioma la tendencia natural es ir traduciendo mentalmente, cosa nada útil. Este mecanismo sólo consigue ralentizar el aprendizaje, ya que de dicho proceso se obtiene una oración de estructura distorsionada, y en muchos casos, de vocabulario y gramática distintos al original. En el mundo real las personas no hablan pausadamente ni tampoco reducen su ritmo de conversación de modo que se facilite la traducción. Por el contrario, la agilidad y el dinamismo en el habla favorecen la fluidez y el lenguaje natural, sin afectación.

 

En tercer lugar, el habla y el movimiento rápidos hacen la clase mucho más amena para el alumno y, por lo tanto, mucho más agradable y motivadora1. Con la velocidad y el ritmo correctos, el profesor no deja tiempo para que el alumno mire el libro, divague pensando en qué cenará esa noche o planeé que hará al salir de clase. ¡El perfecto profesor Callan logra que la materia se desarrolle con rapidez, no adopta una postura estática, y evita caer en el aburrimiento!

Por tanto, aunque en un principio pueda parecer complicado, poco a poco todo fluye con naturalidad de modo que, con el tiempo y la práctica, el estudiante termina por habituarse a la velocidad y ritmo de la clase. Llegado a este punto su percepción mejora, así como su confianza y afluencia en el idioma según comienza a imitar la velocidad del profesor.

 

Aprender un idioma nunca es una tarea fácil, puestos a hacerlo, ¡al menos en nuestros cursos de inglés intentamos que sea de la forma más didáctica, agradable y natural posible!
Incluso, fuera del aula estamos implementando en algunas de las actividades que desarrollamos la gamificación3, técnica pedagógica que hace uso de la mecánica del juego en el ámbito de la educación.
Así que te animamos a que nos conozcas y lo compruebes por ti mismo.

 

J.Crowley
Callan Team

1. Ryan, R. M., & Deci, E. L. (2000). “Self-determination theory and the facilitation of intrinsic motivation, social development, and well-being”. University of Rochester.
2. Deci, E. L., Koestner, R., & Ryan, R. M. (1999). “A meta-analytic review of experiments examining the effects of extrinsic rewards on intrinsic Motivation” Psychological Bulletin.
3. Borrás Gené, O. (2015) “Fundamentos de la gamificación” Gabinete de Tele-Educación – Universidad Politécnica de Madrid.
4. Pujolà, J.T. (2016) «La gamificación en educación y su trasfondo pedagógico»

Joe Crowley